El primer precedente de la sierra eléctrica lo encontramos ya a mediados del siglo XIX. Pensada para cortar huesos, fue ideada por un ortopedista alemán, Bernard Heine.
Cuenta el mito que caminando por la playa encontró una espina de pescado. Imitándola, tomó un pedazo de hierro y lo cortó en el borde, inventando así la hoja de sierra.